Mi blog como bailaora se llama:
http://martabernazanobailaflamenco.blogspot.com/

martes, 21 de diciembre de 2010

el placer de vivir...




Minuit está pasando por una etapa sensacional.Es joven y está enamorada.Los gatos del barrio me "mean" el portón, marcan su territorio de asedio a mi gatita, pero hay uno, un gato grandote, de pelaje un poco rojo y absolutamente decidido que desde hace tiempo la acecha en el balcón, cada atardecer.
Como Julieta, sin importarle nada más, la gatita, con todos sus instintos fijos en el balcón, se dirige hacia allí y comienza un diálogo de locos, que parece-o es- una batalla y Minuit "pela" un lenguaje nuevo, agitanado o asirenado, y comienza a hablar a la noche o al gato, no se lo que le dice, pero acto seguido comienzan unos escándalos conventilleros acompañados de los ladridos de todos los perros del vecindario y yo me asusto, me asusto de que le hagan daño a la Minuit...Pensaba que el amor iba a ser calmo.
Rosa, con su sabiduría, me dice "No te preocupes, Marta" "Es así entre ellos"
Y comprendo. Comprendo que debo dejarla libre, vivir, experimentar el placer más absoluto junto a su gato y que debo comprender que mi gatita está creciendo y que sus sentidos la llevan por caminos gatunos totalmente misteriosos.
Las noches ya no las pasa en mi regazo, pero por la mañana, sube a mi cama y se arrolla un ratito junto a mis piernas como si sintiera culpa.
Pero no...no hay culpa ninguna en Minuit. Por suerte es una gatita y no un ser humano. Ella me enseña algo profundo de la Naturaleza.
La Vida es un azar, o un destino, pero el placer de vivirla está allí, al alcance de nuestra mano. Es como una flor que acariciamos y dejamos crecer en su raíz, es como una nube que miramos , una pequeña nube celeste, que pronto arderá como fuego bajo el influjo del sol.
Minuit se recostó en un haz de luz que se deshizo en ella.
La felicidad es así, un rayo de luz que deja en nosotros los colores de su arco iris secreto.
Marta , diciembre del 2010

domingo, 21 de noviembre de 2010

Diario de Domingo



Al fin de cuentas, me doy cuenta de que mi blog es una especie de Diario Personal, pero que ya no tengo miedo de exponer ante los demás.

Son, más que piezas literarias, pedazos de vida, de experiencia, que tengo la suerte que quedarán allí para que alguien alguna vez los tome, los vea, los sienta, reflexione sobre ellos, o sobre la persona que los escribió.

Creo que toda mi vida he tratado de "revelarme", como una fotografía que tiene un negativo que "no permite ver" y un positivo donde finalmente se puede entender, ver, de que se trata.

Bueno, para mí la escritura, sería el "positivo" de algunas cosas de la vida o de mi personalidad que se esconden en un claroscuro difícil de entender.

No me creo única en éso, creo que todas las personas tienen este deseo de ser conocidas, ser entendidas, ser queridas ,apreciadas por ese Otro a veces tan temido.

Desde mis juegos de infancia, donde niñas pequeñas se repartían roles entre princesas y esclavas, me di cuenta de que vivimos un mundo básicamente "desigual" y que todo acto de amor debe ser una búsqueda de la armonía que significa entender al otro y amarlo en la desigualdad, ya que precisamente las princesas y esclavas de la niñez parecen destinadas a convertirse en los espereotipos de un mundo imposible de cambiar.

Asi es como yo, hoy, me planteo la vida.

De joven pensé que a este mundo era posible cambiarlo, pero después me dí cuenta de que sólo es posible hacerle cosquillas (ja,ja!) como diría Quino con su sabia Mafalda:"¿No querés que te rasque el Ulster?"

Entonces, como en un viejo poema de adolescencia que decía:" y mi corazón, libre, solitario y vigoroso , se llenó de piedad entre los hombres", dejé que mi corazón se llenara de piedad, y aunque poco a poco me fui aislando del mundo y lo mundano como si ya lo hubiese aprendido todo sobre él, me acerqué más a esos seres que sólo el amor podía entender.

Y creo que, si puedo vivir y convivir con mi soledad, es porque ellos están presentes aquí a través del amor que es como una nervadura que me nutre y me une al gran árbol del mundo.

Lo que yo quería de niña, pero de una manera diferente.

Y aún sigo mirándolo, con amor.

Todavía me conmueve la hierba, el movimiento de los árboles con el viento, el brillo de las veredas bajo el sol, la mirada de un niño, el beso de los adolescentes, el deseo de libertad de los jóvenes que hoy ocupan nuestro lugar en las filas de la vanguardia, pero ya no necesito verlos, ni siquiera estar con ellos. Ellos están adentro mío para siempre, aquí instalados, calentitos, protegidos como nadie. Puedo cantarles mi amor en estas líneas que quizás no leerán (o sí) o que tal vez ignoren toda la vida.

Decirles que siempre los quise, que siempre tuve esperanzas en el ser humano, en su potencia, en su capacidad para superarse, en su solidaridad, en su creatividad, porque siempre tuve confianza en mí fuerza y aunque me ha costado quererme, creo que al final lo lograré.

Yo soy ellos y ellos son yo. Sólo así, reconociéndome en mi prójimo, puedo soportar la vida que antes quería cambiar, encontrarle un sentido.

La vida no es un camino individual. Es el camino de todos, con nuestras tristezas, fracasos, logros, alegrías. Estamos conectados como en un gran hormiguero gigantesco en el cual cada uno cumple un rol sagrado que sostiene a los otros.

Y en esa gran trama, a veces no entendemos las marcas de nuestro destino personal.

La vida será un simple azar? O un perfecto laberinto diseñado por Dios?

Quién lo sabe!

sábado, 16 de octubre de 2010

las madres, las madres, las madres...

las madres, las madres, las madres...

jueves, 23 de septiembre de 2010

estar en paz


No se si alguien leerá estas líneas alguna vez, pero quizás estas experiencias le sirvan alguna vez a alguien.
A menudo he pensado en mi soledad, un poco por condicionamientos, otro poco por elección, y cómo, paradojalmente, de esa soledad surgió , a medida que iba viviendo, una gran libertad sin la cual quizás me sería imposible vivir.

Y digo quizás, porque quiero ser humilde, porque en realidad nunca pensé que estaría sola, al contrario, me veía con un compañero, rodeada de hijos, de amigos, en fin! una verdadera romería!

Y sin embargo, hay muchos domingos y los hubo también, de más joven, en que la luz del día se va absorbiendo en la del atardecer y luego en la gruta de la noche y mi vida ha transcurrido en una total soledad: no suena el teléfono, ni el celular, no me vienen a buscar, no me invitan a ninguna quinta aunque los frutos del verano exploten de miel, en fin...es como si nadie se percatase de mi existencia. Y tal vez suceda así con muchos otros seres humanos.


Sin embargo, no puedo acusar de eso a nadie, tampoco pude nunca emparchar esa soledad, eligiendo al otro como una mera compañía. Busqué quizás el absoluto, el temblor, la intensidad del amor y la amistad verdadera y aún sigo buscando, junto a tantos seres cuya esperanza comparto de conquistar ese territorio tan deseado en que el hombre no sea más el lobo del hombre.

A lo mejor ése será el fin de mi soledad, o el principio de creer que la libertad tiene un límite, y es el otro.


Marta setiembre 22 de 2010

sábado, 18 de septiembre de 2010

estar contenta


A veces he creído que nunca más estaría contenta, pero luego veo que hay cosas que no se si me ponen feliz o es que me recuerdan la felicidad, pero ayer, fue un bonito y feliz día. Estuvimos con Fiorella en la Facultad de Letras ya que participo de un libro de autores santafesinos que se acaba de editar para que trabajen con dichos textos los estudiantes de español-lengua extranjera de distintos países.
Sus autoras y quienes han puesto su alma en este trabajo son :Graciela Brengio de Cimino y Ana Copes, musicalizó José Manuel Echagüe e ilustró Bianfa,y bueno, los escritores, o escribidores, pusimos nuestro corazón que también es nuestro mayor coraje.

Locutores y alumnos de la escuela de locución de Santa Fe los grabaron y al mío le tocó justo la música de "juegos prohibidos"! Muy bello de verdad, todo me puso muy feliz, la compañía de Fiore, el encuentro con los otros escritores, el aprecio de Graciela Brengio a través del tiempo, el reconocimiento de mi trabajo también en el flamenco, en fin, me siento haciéndome cargo de esta etapa con plenitud y- tal como lo supuse -o lo supe algún día- desarrollando otras aptitudes e intereses que eran los de mis años jóvenes y que por alguna razón la aventura vehemente de la bailaora silenció durante una veintena de años. Y ahora vuelven, no como fantasmas, sino con una fuerza y una calidez que antes no tenían y una condición de refugio muy importante para mí. Refugio, pero ahora puedo salir, salir y mostrar a todo el mundo cuáles son mis elecciones y por cuales cosas me juego y me jugué toda la vida.

También Mariano estuvo aquí esta mañana, recordándome con su juventud radiante su belleza y simpleza,la esperanza guardada en la juventud. Sentí esa calma ribereña, esa sensación de tirarse a respirar el aire bajo los sauces de los pagos donde nací, pero también revolotée como una libélula y trate de explicarle que aún hoy, a los cincuenta y cinco años, un muchacho guapo y dulce me pone alas de mariposa.

La gatita minuit capta mi energía loca y camina por las paredes y me siento contenta, pese a las circunstancias dolorosas de mi vida, pese al miedo de perder lo que más he querido, a veces tengo la sensación, que ese mundo poderoso que construí en mi interior desde la adolescencia va a salvarme de todas las soledades.

sábado, 4 de septiembre de 2010

por favor, disculpen...

Por favor, amigos y lectores, sepan disculpar la torpeza de algunas publicaciones, donde se cuelan algunas palabras que no quiero escribir.gracias, Marta

qué buenos los comentarios de este pintor que acabo de descubrir

Verdaderamente no puedo dejar de escribir en mi blog el impacto que causó la lectura de la vida y obra de un pintor llamado Balthus, apoyado por Picasso y los surrealistas, discutido, rechazado, amado, admirado. Cuando le preguntan acerca de su obra él dice: "no puedo responder. La pintura es un lenguaje en sí mismo.Es el que yo utilizo y es intraductible". Después, más tarde, afirma: Un pintor afirma su posición a partir de su trabajo.Es por ésto que siempre prefiero callar."
Sus impresiones sobre el arte son casi religiosas: "el acto de pintar es en sí mismo una plegaria" Esto lo dijo Balthus en una entrevista otorgada a los noventa años. Moriría a los 92. Me dan ganas de conocer su obra, a ustedes no?
Marta, setiembre 3 del 2010 borrador 18:17:00 de Marta Bernazano Suprimir
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jueves, 11 de marzo de 2010

A mí me gustaría


Para los niños…
Ser una nube en mi próxima vida. Sentir que me atraviesan los rayos del sol, que me vuelven de color, que me transformo en lluvia, que me pintan los niños… que me llevan los vientos aquí y allá y que no soy nunca igual, que tengo caras, formas y colores diferentes, a veces soy una gentil ovejita, a veces un tenebroso nubarrón negro, a veces, simplemente, no estoy, me fui, me fui de aquí a otro sitio, y todos sienten alivio al no verme…pero luego…vuelvo…cuidadosa de no taparles el sol, de no arruinarles la fiesta a los seres humanos de mi ciudad.

Para los grandes…
Porque sin duda seré una nube sobre mi ciudad, para no perderme del todo-uno tiene su corazoncito… o tal vez, por qué no? Ser una nube sobre el desierto de arena, allí donde el agua sabe a esperanza, o ser una nube pasajera, una nube en la tierra de nadie…
Ser liviana y bella, mullida, hacer uno con mis hermanas cuando de chaparrón se trata y estar lejos y cerca, verlo todo de arriba, no dejar que me dañen y por ahí…evaporarme para volver …


Para mi…
en un muchacho sonriente que fuma su primer cigarro de zarzaparrilla contra una pared vieja de un pueblo perdido bajo los cantos del paraíso, una escena sin duda desconocida para todos, menos para mí que me lo contó una nube que antes fue una chica llamada marta.


Marta Bernazano, 9 de marzo en homenaje al día de la mujer

lunes, 1 de febrero de 2010

el lagarto en la rendija: sólo niños...

El lagarto en la rendija (de la crónica diaria)

sólo niños…

Ayer, sábado a las once de la noche, pasé a buscar a mi vecina y su mamá- una simpática abuelita- para ir a tomar un lisito “acá a la vuelta”, como es nuestra costumbre.
Hay que decir que el barrio sur, como tantos de los barrios del planeta santa fe, ha dejado de ser ese lugar sereno y calmo donde la historia pesa tanto que casi no hay historias para contar ,para convertirse en uno de los centros privilegiados de acción de ladrones y ladronzuelos.

Así que, normalmente, voy mirando para todos lados cuando nos dirigimos-abuelita en el medio- hacia el bar “La Plaza”, nuestro favorito.
Como queda a tres o cuatro cuadras, es copado ir andando en esas nochecitas de calor donde “afuera” está más lindo que “adentro”, como dice mi papá, pero es que aunque quisiéramos tomar un taxi, serían pocos los dispuestos a subirnos por tan corto viaje.

Así es que, nos encaminábamos tranquilamente, cuando en la esquina o mejor dicho a la vuelta de 3 de febrero y 1ero de mayo, se nos presentó súbitamente el siguiente cuadro.
Tres chicos, bien vestidos, uno en una bicicleta grande, de unos catorce años, me pareció, y dos más pequeños de unos doce y once o algo así, charlaban amistosamente ocupando toda la vereda, como suelen hacerlo los chicos del barrio.

Yo bajé a la calle para no perturbar sus confidencias, pero mi amiga y su madre insistieron en la vereda pensando que se iban a hacer a un lado- como correspondía- al pasaje de los mayores.
Es de advertir que la calle no estaba solitaria, a unos diez metros venía un muchacho y se veían pasar autos y las luces-a sólo dos cuadras-de la casa de gobierno.

En un momento veo que en lugar de ceder el paso, el de 14 le dice a mi vecina con voz de pocos amigos “dame todo”. Muy precavida y por eso había llevado sólo dinero y bien guardado entabló negociación diciendo “no llevo nada”, pero yo, que estaba observando la escena sin poder salir de mi asombro y con mi cerebro de sábado por la noche bastante desprevenido, me quedé en la calle paralizada en ese sopor, cuando sentí un fuerte dolor en mi brazo derecho. Sencillamente lo estaban retorciendo como un trapo de piso, entonces , en medio de ese semi-sueño, me doy vuelta y veo un chico de pelo negro que tironeaba de mi bolso y mi brazo como si quisiera arrancarme a ambos.

Como ya lo tengo pensado de antemano(“no te resistas”) traté de ayudarlo con el bolso para que se fuera lo antes posible, pero él no entendió ese lenguaje solidario y siguió forcejeando hasta que lo arrancó cruelmente y de paso me dio otro golpe en el otro brazo, “por las dudas”…

El muchacho que venía caminando hacia nosotros desaceleró bruscamente la caminata hasta que los tres se largaron a la fuga. Todo sucedió muy muy rápidamente. Nadie se percató y si lo hicieron, nadie intervino.

Es obvio que no voy a traer esta escena aquí a mi blog porque me pasó a mí ni porque desconociera el hecho de lo que está pasando en santa fe, la traigo porque quiero reflexionar sobre la clase de “niños” echados a perder antes de poder vivir la juventud y que ya son delincuentes a los diez, once, catorce años. Que probablemente maten o esgriman un arma sin ninguna clase de consciencia ni de valoración de lo que puede ser la vida del otro, y que realmente son capaces de matar por un par de zapatillas.

Ahora, son varios temas reducidos a uno: la zapatilla, la toma a cargo social de los menores con riesgo de delinquir, y la tercera, la seguridad de aquellos que la ligamos sin comerla ni beberla.

Y eso a mí me parece que centra la problemática en tres asuntos fundamentales: 1ero, el par de zapatillas, entendido aquí como igualdad de oportunidades para los niños es y sigue siendo un tema pendiente. Los gobiernos pasan, pero nunca, nunca, se realiza un verdadero abordaje social del tema.

Yo veo aquí al gobierno santafesino preocupado por hacer obras viales y poner linda la cara de la ciudad, pero dentro de poco los santafesinos vamos a tener que emigrar por no poder salir a la calle, ya no se puede estar tranquilo en ninguna parte…esos niños…cuya sola existencia hubiera ofendido a una señora “bien” en el pasado, esta vez no sólo están, sino que exigen y a los golpes. Son duros, quieren que les “den todo” ,no les importa nada, ni tu vida ni la de ellos, ni el presente ni el futuro. No se sabe si los mandan o son ellos los jefes de sus propias bandas, lo único que se sabe es que acechan, en las esquinas de santa fe, para dar su zarpazo. Y dejar la huella ardiente para que no los olviden.

Qué hacemos los “terceros” frente a eso? rediseñar una vida donde poco a poco nos vamos a ir privando de nuestra esencial libertad de caminar tranquilos por una calle? Nos encerraremos a las ocho de la noche como en estados unidos, o con doble reja como en Colombia? O terminaremos comprando un arma?
No habrá otro modo de escapar a lo obvio?

Los dejo con esa pregunta, que no es poco…porque podríamos matarlos, pero no acabaríamos con la denuncia que la delincuencia juvenil representa. Y si los matáramos, no seríamos demasiado diferentes de ellos.
Tal vez habría que buscar algún modo de darles esa oportunidad que no tienen: vivir con dignidad.
Una pregunta difícil para un tema difícil. Pero en el cual se hace poco, o no se hace mucho, o no se hace lo necesario.


Si leés este artículo, me gustaría saber tu opinión. Podés escribirme a mi correo martabernazano@hotmail.com o dejarme el tuyo. Gracias,
Marta, 31 de enero del 2010

el lagarto en la rendija: sólo niños...

jueves, 28 de enero de 2010

la minucha


La minucha (dedicado a avel córdoba)

Avel me dice que tengo que escribir las locuras que digo, por ejemplo, cuando le cuento que duermo con la minuit en la cabeza porque me corta las pesadillas.
Es la verdad. He leído en alguna parte que los gatos absorben la locura de la gente y después (como en el proceso que transforma el anhídrido carbónico en oxígeno)la falta palabra durante las largas horas que duermen.
Desde que conozco a Minuit-mi gatita-, que de noche se convierte en “la minuchita”, he observado que no tengo más pesadillas. Al contrario, los sueños son largos y coherentes, y me gusta quedarme en ellos para saber más, como en las películas. Mi psiquiatra la llama “mi objeto transicional” perfecto. Tal vez.
Por ejemplo, anoche. Soñé con un amor de mis treinta años. Un loco de la guerra que a los quince días de amarme desesperadamente me dijo que no me quería, y luego me llamó por teléfono-y yo envuelta en lágrimas- para decirme que me quería y que quería tener un hijo conmigo, y después que no me quería y después que me quería y así…hasta que nos acostumbramos y estuvimos varios años en ese juego cruel, yendo y viniendo y cada despedida era horrible y cada reencuentro era una delicia y bueno…dice Lacan que el amor son dos patologías que encajan perfectamente, pero quería hablar de éso sólo a modo de ejemplo. Porque si anoche hubiera soñando con él sin la minucha en mi cabeza, seguramente habría sido una pesadilla. En cambio ella se acomoda como un turbante sobre mi negro pelo y bueno, llega daniel al sueño y en verdad no cambia mucho de la realidad, me dice que no me quiere, que no me puede querer, pero quiere vivir conmigo…y yo, como si tal cosa, sin problema…! Como si ya conociera el final…y es que ni siquiera final tuvo el sueño, porque Minuit se las ingenió para que se cortara antes de volverse una pesadilla reiterativa como lo fue en la realidad.
Cuestión que me encantó reencontrarlo en el sueño. A Avel le da mucha risa pero es así.
Intento entonces explicarle la relación tan especial que tengo con mi gatita, ella vino para cubrir un vacío muy grande que se instaló cuando se enfermó mi madre y ya no pudimos charlar juntas. Así que la gatita tiene status de persona. Y lo que es mejor, sigue siendo gata, sigue siendo felina, sigue sin entender cuando la reto y vuelve a hacer sus fechorías, por ejemplo, trae un grillito de la calle a casa y lo ultima en el hall. Jugando, claro, pero es una cazadora, como sus ancestros y parientes más feroces…ya verás, me decía un amigo…cuando te traiga un pajarito muerto!
Creo que ya estoy preparada para todo, para aceptar la Minuit de poderes mágicos y la asesina, la maravillosa peluche blanca y negra que se estira como una bailarina a lo largo de mi cama y toma agua del chorro de la canilla porque es más fresquita y también la que me muerde los dedos gordos cuando salgo de la ducha. La que me araña y la que me lame la cara con su lengua áspera y me despierta cada mañana con una pata mullida en la cara , su caricia.
Hoy escuchamos las dos de madrugada una pelea de gatos. Seguro nos inquietó a las dos por diferentes motivos: a mí, como madre adoptiva intuyendo que alguna vez volverá a casa toda lastimada de amores y peleas y seré yo quien tenga que curarle las heridas, y a ella…quien sabe…quien sabe qué pasó en ese instante por su cabeza gatuna. Lo cierto es que estuvo alerta un rato, y luego se recostó sobre la almohada, se acercó ronroneando y rodeó mi cabeza, estiró sus patas blaquinegras, sus patas larguísimas y me arañó pero sólo un poquito…yo lo aguanto …porque se que termina rápido, luego-porque aún es chiquita- cerró sus ojitos, estiró sus orejitas y con un gesto en la boca parecido a una sonrisa de placer, volvió a dormirse, un ratito antes que yo.

Para avelito, mi cantaor y amigo, que me pidió que escribiera estas “locuras de mi vida con la minuchita”.Marta Bernazano, 16 de enero del 2.010

lunes, 11 de enero de 2010

Simplemente Sandro

Simplemente, Sandro

Hacía mucho tiempo, yo casi no lo recordaba, así como-en la precipitación del presente y sus urgencias, tampoco recordaba las dulzuras y rudezas de mis trece, quince años. Lo dulce, cuando empezábamos a soñar con el amor, lo rudo, los pequeños desencuentros, los ingenuos desencantos, en una palabra: la infancia del amor, la pubertad de la pasión, el dolor de la adolescencia. Efervescencia, espuma de los días, romanticismo que creaba la ilusión del amor y el primer deseo. Primer beso, depositado en los labios de una imagen del ídolo…mientras un trigal se estremecía entre sus brazos…

Para la gran mayoría de las mujeres que crecimos en los sesenta, Sandro era aquel que nos enamoraba porque conocía algo de nosotras que intuíamos apenas, y eso era quizás, aquel romanticismo que llevaríamos a lo largo de la vida contra viento y marea. Aún cuando el tiempo y los avatares de la vida nos hubieran arañado de frente y perfil. Aunque le hubiésemos sido infieles casándonos con otro.
Él mismo trataba de explicarlo, refiriéndose a sus fans: “ -yo no se lo que me pasa con mis nenas”, “cuando canto se produce una química que hace que de pronto yo tenga veinte años y ellas tengan quince ” .Y el tiempo no ha pasado: están allí atrapados por la magia de la canción y del escenario y de las palabras. Que a lo mejor no hablan a ciertos oídos más literarios, pero que sí saben nombrar las cosas que calan hondo en el alma de la gente sencilla.

Y quien posee esas palabras, es amado. Es algo que resiste los análisis sociológicos .Es pura comunicación, no admite sofisticaciones. No se busca ni se compra, Se tiene, simplemente. Y no lo tiene cualquiera, no lo logra cualquiera. Poder hablarle al pueblo es el privilegio de los grandes.


Sandro vivió la vida,la cantó, la amó, ayudó a gente. También amuralló su intimidad para que no fuera avasallada. Pero cada vez que pudo y supo, emergió de esa muralla para dar lo mejor de sí: su canción, y recibir aquel amor que sus ojos demasiado bellos, y sus labios increíbles hacían aflorar en otros ojos y en otros labios anhelantes.

A veces el público quería desbordarse y él los llamaba al silencio, para hacerlos escuchar y sentir su canción. Y entre sus “ayes” y suspiros, se escuchaba en ese silencio, la respiración entrecortada junto al micrófono. El hombre tan amante de vivir se entrego con aquella misma fe a un transplante de corazón y pulmones.
Su último gesto fue la entrega. En la vida, como en el canto.
Fue acompañado hasta su última morada por cien mil personas, el pueblo que lo siguió desde su infancia, la gente de sus barrios, a quienes sus canciones acompañaron a través de la vida, las mujeres que lo amaron - sus “viudas”- todos quisieron acompañarlo esta vez a él.
El cortejo se pobló de rosas rojas.

La gente lo lloraba pero él les había pedido que estuvieran alegres…Porque cuando poco a poco el gran velo de la ilusión se levantase, se darían cuenta, de que, “al final, la vida sigue igual”.

Y si, Sandro, seguiremos riendo y seguiremos llorando, temblando, enamorándonos, pero algo sagrado, misterioso y bello se va con vos…es nuestro amor, gitano, del cual tanto sabías!

Hoy soy una niña adolescente volviendo por las veredas de la escuela…es el año 67 y voy tarareando tus canciones…

Marta Bernazano
A Sandro, enero del 2010