Mi blog como bailaora se llama:
http://martabernazanobailaflamenco.blogspot.com/

viernes, 20 de noviembre de 2009

A mis visitadores

Son cuatro por ahora, Mi flor, la bella María José, la dulce Luci y el desconocido pero por conocer Mario Capasso, gracias mil por visitarme,

Marta

Reportaje por Cablediario

Hola, todos queridos amigos: dado que muchos de uds. se olvidaron de mirar el reportaje, les aviso que hoy, 20 de noviembre (viernes) a las 18hs. y mañana sábado 21 de noviembre a las 16hs, podrán verlo por Cablediario. Está buenísimo!!!!

Minuit mirando la lluvia




Minuit mirando la lluvia

Yo se…que Minuit es para mi un poco “mi Platerita” y que ya Juan Ramón Jiménez lo escribió deliciosamente antes que yo, así que no intento imitarlo sino que su canto llama a mi canto, desde un pequeño libro de la infancia.
Minuit descubre la lluvia. Frente a la ventana tomó esa forma singular de florero, absolutamente quieto… absolutamente absorta…mi gatita ve llover por primera vez.
Imagino sus ojos verdes como dos gotitas más de lluvia, prendidos de las gotas celestes y grises, pesadas…de este chaparrón de verano.
Admiro su pequeña cabeza, un pentágono que recuerda a todos los felinos. Parece hecha de piedra, de piedra y candor.
En un minuto más retornará a sus juegos y será puro movimiento, vueltas carnero, pegándose torpemente contra los vidrios porque cree que el cristal puede atravesarse, buscando vanamente en el espejo al otro gatito, que, borgiano, la espía con su misma inocencia.
Su belleza queda atrapada en el cristal y pienso… ¡Ojalá se quedara así de chiquitita siempre!, pero luego rechazo ese pensamiento mezquino de madre posesiva y busco distraerme también con la lluvia que por suerte siempre “sucede en el pasado”.

Para Minuit la lluvia sucede en su único presente, porque ya está jugando nuevamente colgada de los cables de la “note” en la que escribo. Y se que esta gatita, esta máquina de escribir y esta lluvia no son una mera excusa para escribir. Están aquí por algo. Y yo sólo recojo su magia y sus colores y escribo para no olvidar…

Siesta con lluvia, noviembre del 2009

viernes, 13 de noviembre de 2009

A Rosana con cariño

El lagarto en la rendija I:

A Rosana con cariño

La enfermedad de mi madre cambió muchas cosas en mí. Digamos que dio vuelta el mundo.
“Lo que era todo tiene que ser nada” dijo Borges. Y así fue, ya que el todo y la nada son la misma cosa.
Antes no entendía eso de los extremos, pero poco a poco el conocimiento llegó y con él, la realidad.
Y con la realidad, llegó Rosana. Rosana que aún no se fue. Que no se irá nunca. Y aunque haya atravesado la puerta de mi casa, siempre estará, con su carita fragante, su sonrisa llena de amigos, sus ojos traviesos, en la casa de mi alma.
A veces es difícil contar la vida. Nosotros, los escritores, nos entrenamos tanto en ello que terminamos por inventarla.
Narrar la vida, la verdadera vida, el sufrimiento y la pasión, la solidaridad, el insomnio de aquellos que durante nuestro sueñan cuidan del hermano enfermo, del viejecito que está por morir, de la embarazada que da a luz hiriendo la madrugada con su grito.
Es difícil narrar el sufrimiento, describir las lágrimas de la emoción cuando uno ve recuperarse al ser amado que ya creía perdido.

Rosana, la cuidadora de mi madre, tuvo que ver en todo eso.Ella me enseñó a cambiar un pañal, porque yo no había aprendido el oficio de ser madre que ella con sus 34 años ya venía practicando desde los 16. Y yo miré y admiré por primera vez a la madre que cambia pañales , la que los cambia con amor, sin protestar contra esas rutinas que le robarán los años de la juventud.

Admiré ala mujer orgullosa de su hombre, la que le cocina en su día libre, la que le compra las camisas, la que lo quiere sin condiciones, porque admira al padre de sus cinco hijas que creció junto a ella en la difícil empresa de hacerse hombre en medio de tantos pañales y de tantas mujeres!

Rosana no era rica pero como si lo fuera. Pero mientras cuidó a mi madre dio dio y dio, hizo florecer mi jardín, renacer la vieja casa vetusta con sus manos cristalinas, ordenó muebles, bibliotecas, cambió camas de lugar, con una fuerza increíble organizó la casa entera y a mí me dijo, simplemente: “esto yo ya lo viví”.

Afecta como soy a las materias espirituales,me dije simplemente que rosana había sido mi hermana o alguien cercano en una vida anterior y derrumbando mis reticencias admiré sin más su modo de hacer, aún cuando podía parecerme tempestuoso o irracional, era, simplemente rosana’s way of life. Su manera de ponerse ante la vida a mí me embriagaba. Trabajaba tres horas cuidando a juanita, y seis cuidando a mi madre, y cuando regresaba a su casa tenía energías para seguir fregando los pisos, despiojando a la menor porque en la escuela…o, a veces, ante mis ojos alucinados, salía a pasear con sus amigas, iba a la disco a bailar y tomar una coca, como una adolescente…hasta la madrugada.

Y el domingo…familia. Llegaba el Ismael y a comer un asadito con el tío y su novia y las cinco hijas de las cuales las mayores ya están noviando seriamente. Y el perro, el loro y la tortuga, y las amigas que vienen a reirse un rato y los suegros
y hasta los enemigos…porque rosana además tenía hasta enemigos, una gentuza de mierda que terminó por arrebatarle la casa que le dejó una abuelita que ella cuidó amorosamente, como no lo hicieron nunca sus propios parientes.

¿Cuando se descascaró toda esa cascada de risas de alegrías, de gritos infantiles mezclados con ladridos de perro, olor a pollo asado, mesas largas para los cumpleaños del Ismael, computadora y cable?

Todo sucedió vertiginosamente. Simplemente, un día todo aquello no estuvo más. Traicionada por la astucia y la ambición de los abogados, sin que nadie pudiera defenderla ni argumentar a su favor, rosana fue desalojada junto a su esposo y sus cinco hijos de la casita que la abuela le había dejado.

Usted no lo creerá. Pero sí, en este país, esas cosas son la moneda cotidiana. Los ricos, por tener plata lograron quedarse con la casa y hasta las sábanas y los cubrecamas le sacaron. Después del desalojo fue la operación de vesícula y ese dolor del cual se quejaba que ya no daba más, ese dolor real pero que a mí se me transformaba en metáfora de un dolor más grande llamado impotencia.

Traté de ayudarla, no se si lo hice, mis dedos alcanzaron a rasgar la realidad y con un poquito-o mucho-enojo, logré transformar una operación prometida en un hecho. Y así Rosana fue operada de tanto dolor.

Pero como un pájaro que cayó de un nido, se quedó sin alas.
Y yo me quedé muy triste, muy triste.
Ninguna de las dos podemos reinventar la alegría. Nos miramos a los ojos y es como que ya sabemos. Ya no podemos mentirnos más. Hay que apechugar-
Ella con su manera pragmática que no se carga refranes.
A mi me quedan las lágrimas que no le muestro.Yla angustia que dicta estas palabras urgentes.
Que nos vaya bien, rosana, si de algo sirve ser buenas.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Un día un gato


Un día un gato llegó hasta mí haciéndome olvidar de todas las cosas. Lo bueno y lo malo, lo triste, lo feo, lo difícil se fueron corriendo y sólo quedó lo lindo de tenerlo a mi lado. Se llama Minuit, que quiere decir “medianoche” en francés. Le puse ese nombre porque su pelaje- una especie de hierba suave y cortita- es negro, pero sus patas largas y finas llevan guantes blancos y su carita tiene una perfecta máscara blanca hundida en la negrura. La punta de su cola, es una pincelada breve color blanco también. El resto es negro como la noche, aunque reflexionando bien, pareciera un gatito blanco en el cual alguien se hubiera divertido pintando de negro, o al revés. En todo caso, ese gatito de apenas un mes, torpe, de ingenuos ojos azules que posiblemente ganen con el tiempo el esplendor felino, es perfecto, o al menos a mí me lo parece.

Cuando eran chica tenía gatos y los amaba, pero a mamá no le gustaban y me los tiraba siempre. Será por eso que medianoche ha aprendido tan rápido a treparse a mi falda: se sube a mi zapatilla y de ahí escala por el pantalón hasta llegar a ese lugar que seguramente le recuerda el regazo de su mamá. Allí se acomoda hasta que me levanto y cuando lo quiero despegar maúlla en signo de amplio desacuerdo. A los 10 minutos comienza a escalar nuevamente y lo ensaya una y otra vez, no se da nunca por vencido.

Yo tampoco me doy por vencida. Y además… a qué no se imaginan…. Lo inimaginable……….Minuit es……una gatita!!!!!!!